miércoles, 16 de septiembre de 2015

Economía del buen vivir (con agradecimiento al buen Sahlins que nos metió en la cabeza esa idea).



Introducción


1. Intentando definir el buen vivir



Normalmente se asocia con el concepto de buen vivir con sociedades que ostentan una economía potente (léase capitalista) como los países de Europa del norte. Sin embargo se ha constatado que, a pesar de la institución del Estado de Bienestar (que se supone, garantizaría una máxima calidad de vida a los individuos) existen notables indicios para dudar del adverbio buen en esa expresión[1], es más, podríamos cuestionar incluso el grado de dignidad en la vida de un ciudadano promedio.

A pesar de que nosotros podemos reconocer empíricamente un buen o mal vivir, para organizaciones internacionales como la ONU, no es tan evidente crear un índice que mida la calidad de vida de las naciones.

Sabemos que con la generalización del PIB, la economía y el esfuerzo de los gobiernos se centró en una productividad que favoreciera el comercio (el producto), dando lugar a una carrera, acelerada en todos los niveles[2] y, aunque conceptos como felicidad o buen vivir son estudiados desde filósofos como Sócrates o Locke, parecen seguir quedando relegados a la dimensión de lo ideático.

Pues bien, contra lo equívoco que pueda ser el concepto, la ONU se ha propuesto crear un índice que mida el desarrollo humano. Este contiene los siguientes factores

-Esperanza de vida al nacer
-Alfabetización de adultos
-Tasa bruta combinada de matriculación en escuela
-Calidad de vida medida por el PIB

En el desarrollo de este documento consideraremos estos parámetros dentro del orden económico y cultural sin dejar de tomar en cuenta que la calidad de vida está sostenida sobre todo en la práctica social.

Vemos, por ejemplo que dentro de los factores considerados por la ONU, dos por lo menos, dependen de la integración / colaboración social (la alfabetización y matriculación escolar son cosas que están insertas en el funcionamiento orgánico de los grupos sociales) mientras que en la otra cara tenemos la necesidad material de aprovisionamiento individual (en términos occidentales, ya no se trata únicamente del nivel alimenticio, sino de salubridad y retiro lo que mejorará las perspectivas de calidad de vida, y puesto que lo anterior está imbricado con la organización interna de los gobiernos,  se toma el índice PIB como una especie de garantía de los gobiernos para lograr satisfacer estas necesidades de los ciudadanos).

Trataremos además propuestas estudiadas por algunos economistas y sociólogos, que incluyen la anexión de diferentes formas de conciencia en la administración política de los recursos. Dentro de esto hemos encontrado que al final existen temas recurrente a los que se llega al intentar esbozar una propuesta política orientada a una buena calidad de vida, quizá la principal es un desarrollo que vaya aparejado a la relación con el sistema ecológico (tanto natural como sociológicamente) para lo que es necesario establecer bases sólidas para generar conciencia y crítica.

Veamos, por ejemplo la propuesta del pensador Francois Houtart[3] para un sistema democrático viable.  Entre los puntos a destacar tenemos,

Priridad de valor de uso sobre valores de cambio
Utilización renovable de recursos naturales
Participación democrática en todos los ámbitos de la vida colectiva
Interculturalidad

Para llegar a este ideal se necesitaría desarrollar otros factores en el aspecto individual, queremos decir en el paradigma mental de las personas, como

–  Deslegitimar el capitalismo utilizando todos los espacios posibles para el desarrollo de un pensamiento crítico en la economía, la ecología, la política y la cultura. Foros sociales para desarrollar conciencia colectiva.
–  Acelerar la creación de actores colectivos a nivel global, a través de la vía de redes de resistencia.
–  Renovar el campo político de la izquierda con la convergencia de varias organizaciones políticas, (no se puede pensar en un partido único detentor de toda la verdad) y la centralidad de la ética en las prácticas políticas.
–  Promover la emergencia de un nuevo sujeto histórico, que no será solamente constituido por los trabajadores asalariados, sino por todos los grupos afectados en su vida por el sistema capitalista.
–  Buscar  la  centralidad  de  la  ética  como  actitud  colectiva  e  individual. Ello implica una institucionalización de los procesos sociales y políticos, como base de los comportamientos individuales, con la contribución de todos.

Hemos dicho anteriormente que la organización económica depende de una estructura política y social. A continuación se exponen modelos de economía en los que vemos esta interacción dada claramente. En el primero se explica la organización de sociedades tribales (aún existentes pero cada vez menos diferenciadas del sistema capitalista) y en el segundo la organización de Bután. Hacemos referencia a éstos por considerarlos como sistemas que integran en su seno el concepto de buen vivir y que demuestran, indirectamente, que una economía dirigida a dicho efecto sostiene una estructura un tanto diferente a la que nosotros conocemos.



Organización económica en sociedades tribales


                                                   "En las naciones pobres las personas se sienten cómodas,
                                por su parte en las ricas la población es pobre en su mayor parte"
Destutt de Tracy

El objetivo de este epígrafe es el análisis de economías organizadas al margen de una estructura institucional (Estado o Constitución) pero que, como veremos, ostentan[4] economías sanas y que ofrecen gran satisfacción a sus individuos. El apartado es un resumen de las conclusiones extraídas del trabajo de Marshall Sahlins y Elman Service, antropólogos relacionados con el estudio un estudio antropológico material-estructuralista.



En "Economía de la Edad de piedra" y en "Las sociedades tribales" se exponen las formas de vida de diferentes sociedades organizadas en torno a una economía de reciprocidad generalizada y equilibrada. Para aclarar estos conceptos visualicemos grupos en los que la parte de la obligación inherentes de los miembros es distribuir entre los parientes (reciprocidad generalizada) el beneficio de bienes adquiridos. Estos deberes de parentesco se extienden más allá de la familia nuclear[5] y son más fáciles de comprender cuando concebimos que estas sociedades están organizadas a través de lazos de parentesco, que generalizan estos -y otros- impulsos de dar abundantemente por como parte de una conducta grupal e ideología individual. La institución de dar está relacionada en el ámbito social con el grado de aceptación y reconocimiento que adquiere el proveedor entre sus congéneres.

Se habla también de la reciprocidad equilibrada que se traduce en un intercambio de bienes con valor equiparable; los dones ofrecidos se reciben obligatoriamente y son retribuidos. Este mecanismo tiene que entenderse como una institución social, las transacciones no son estrictamente económicas, es verdad que se tienen la moneda como mediadora, pero el "contacto" económico conlleva toda una forma de interacción personal o intergrupal[6].

Fácilmente podría creerse que se está exponiendo un paradigma económico primitivo o retrasado, sin embargo nos dedicaremos a continuación a intenta desmontar esta concepción despectiva, comenzado por la idea generalizada de que estas sociedades viven sometidas a la precariedad o al hambre.

Una de las revelaciones principales del trabajo de Service es que, en oposición a lo que se cree, las tribus de cazadores recolectores (tanto cuando fueron estudiadas por ellos hace algunas décadas como en el paleolítico), no estaban sufriendo constantemente por el hambre, es más, constataremos que existe en ellos una tendencia a evitar el paso a la agricultura por ser ésta menos eficiente.

Para empezar, puede decirse que estas sociedades ofrecían un mayor grado de satisfacción de necesidades.; a esto probablemente aludiríamos que se debe a que un menor grado de desarrollo reduce la cantidad de necesidades por cubrir  (esto viene de toda una línea evolutiva que sostiene que el excedente energético es sinónimo de una cultura más compleja, y por tanto más avanzada) pero en este punto podemos preguntarnos hasta qué grado las nuestras son reales, o producto de un engranaje ideológico para el consumo.

Veamos nuestras y sus necesidades desde el enfoque de la satisfacción. Sahlins se refiere a estas sociedades como "opulentas" debido a la sobreabundancia que permiten sus formas de producción, existe un aprovechamiento de una cantidad total de energía mayor en comparación con la energía que nosotros necesitamos para nuestras actividades[7].

Intentaremos explicar esta eficiencia (absoluta y relativa) para antropólogos. La caza de un bosquimano puede proveer a cinco personas de alimento, y su organización para el suministro permite alimentar en conjunto a un número mayor de individuos[8]. Desde este punto de vista, la caza recolección es más eficaz, es decir, que demanda menor trabajo que sociedades agrícolas, puesto que estas tienen que invertir mayor trabajo para el mismo suministro; más drástica aún es la comparación con el sistema de mercado en el que, ilusoriamente (puesto que nuestro vínculo con el trabajo de cultivo, recolección, y preparación de alimentos es mínimo) creemos que la alimentación es más fácil para nosotros. Sin embargo, cabe recordar que el hecho de que esos bienes estén al alcance del hombre urbanizado no significa que estén al alcance de su mano; también es de notar que el trabajo necesario para "ganarse el pan" es considerablemente mas demandante que en las sociedades a las que nos referimos.
Es probable que la tendencia a creer que nuestra vida se ha facilitado con el progreso tecnológico provenga de las líneas evolucionistas. De hecho, Leslie White y otros antropólogos intentaron inferir una progresión cultural dada por el consumo energético (a mayor energía y tecnología mayor cultura), sin embargo este postulado es fácilmente desmontable si tomamos en cuenta la administración ineficiente que existe actualmente de los recursos en una sociedad que, según sus términos, debía ser más eficaz.

¿Qué es pues lo que permite a sociedades pre-estatales, sin agricultura y sin constitución organizarse de tal manera que tengan aparentemente una vida mejor resuelta que la nuestra?

Para explicar la organización social de estas culturas, Sahlins utiliza curiosamente el término "estrategia Zen[9]", puesto que la principal característica es la generalización de la idea de "no desear es no carecer". Se observa en estas culturas una inclinación a conformarse con la satisfacción de sus necesidades, complementada con la participación general de la prosperidad[10] y con la fórmula de una menor demanda de energía per cápita, se obtiene así la reducción de necesidad de trabajo.

Desde  una visión como la nuestra, obsesionada por la escasez (pensemos en la cantidad de veces que escuchamos la palabra crisis) encontramos en esas sociedades a personas pródigas, que no se preocupan por la necesidad de mañana. Si hoy han conseguido alimento para el día, lo consumen sin pensar en otros suministros, utilizando enorme cantidad de tiempo en dormir, visitas a aldeas próximas e interacción social.

La precariedad no parece formar parte de su modus vivendi, para indios Shoshoni, por ejemplo, el evento de mayor relevancia social (lo que para sociedades occidentales es una fiesta con bebidas alcohólicas) es la comida... comida con placer y en abundancia. Es verdad que la actividad de recolección no garantiza siempre el abastecimiento alimentario (pueden existir días en los que no se consiga alimentos, o temporadas en las que la condición ambiental reduzca el suministro), pero es necesario tener conciencia de que, el hecho de que exista siempre la posibilidad de comprar cereal en el supermercado no significa que la producción general de trigo (solo por citar un ejemplo) esté exenta de riesgos; la posibilidad de contingencia en la producción /obtención de comida existe en cualquier ámbito. Con todo, esto no significa que a las sociedades a las que hacemos referencia padezcan de una disminución de su consumo energético, todo lo contrario, se ha demostrado[11] que tienen acceso a un mayor consumo energético de lo que se pondera necesario para sus cuerpos.

Aunado a lo anterior, mencionaremos que esta forma de organización también dota a los miembros de beneficios en lo que al uso del tiempo se refiere. Para comprobarlo añadimos esta gráfica en la que se mide durante 14 días el tiempo necesario para el abastecimiento de alimentos (incluyendo recolección, distribución y preparación) de una tribu del Grupo de Fish Creek.



Para comprender mejor esta forma de organizar la vida debemos darnos cuenta de que la organización económica de estas personas está imbricada dentro del entramado social[12], de modo que la distinción entre la vida social y la laboral es casi imperceptible. Así mismo, el manejo de bienes se cine a una realidad diferente de organización socioeconómica, su concepto de valor y el nuestro pertenecen a diferentes paradigmas; lo mismo sucede con sus formas de distribución, ocio, ritual, y filosofía de la no pertenencia[13].

Otro efecto polémico a considerar dentro de esta diferenciación es la administración del equilibrio ecológico. Es verdad que prácticas como el infanticidio, senilicidio o abstinencia son efectuadas con regularidad como control demográfico; esto desde la visión occidental puede resultar aberrante y ha sido cuestionado severamente por instituciones como Estado e Iglesia. Creo que estamos ante una forma cultural que podemos comparar con la nuestra tomando en cuenta el crecimiento demográfico relativo. Recordemos que el crecimiento en sociedades actuales es tremebundo (de sobra insostenible), y está aunado a la generalización de la pobreza como un estado social.

Hemos querido exponer, en resumen, una panorámica general de cómo están organizadas estas estructuras económicas, intentando ilustrar su conformación ecológica tanto en el sentido ambiental como en su propia conformación interna, en tanto que no deja de relacionar los diferentes elementos que la constituyen.

A modo de colofón, diremos que parecería que los desequilibrios ecológicos (sobrepoblación, hambre, sobreexplotación del medio) hubiesen sido un invento reciente, de esta civilización avanzada, puesto que, como hemos visto, las políticas internas de organización de estas sociedades tribales no permiten en ningún momento la separación / desorden de la armonía con el medio.



Estructura propuesta por América del sur

Del mismo modo que acabamos de ver, los pueblos indígenas sudamericanos tienen una estructura económica (y en general un paradigma de vida) exterior y ajeno al que conocemos. Nos detendremos a explicar algunos conceptos de su sistema organizativo, especificando en los significados que para ellos conllevan[14] :::

Ayllu. Término aymara que se traduce como "comunidad" pero en un sentido más complejo, es un sistema de organización de vida que incluye la estructura de la vida, la relación con una unidad que abarca animales, plantas, montañas, etc. incluso lo que no se ve, como ancestros y otros seres.


Tumpa. Las responsabilidades se asumen por todos, la comunidad es un conjunto que se cuida mutuamente. Tumpa  alude  también  a  la  transparencia  como  el  río cristalino, “permitir ver las piedras del fondo”.

Ayni. Término aymara para denotar reciprocidad. No la reciprocidad calculada económicamente sino o que fluye en la existencia. Dentro de este concepto la explotación no existe, porque todo forma parte de relaciones complementarias. Puede ser comprendido también como ayuda mutua.

Tampu. Generar espacios comunes para proveer de alimentos a quienes los necesitan.
Muyt’a. Un proceso circular cíclico. Momentos diferenciados para recibir y para dar, turnos en ambos.

Suma quamaña. Es la relación tanto social como ecológica como económica en la que se desenvuelve y desarrolla la vida en conjunto con la Madre tierra, la comunidad y la familia. Dentro de esta estructura no se trata de que uno gane o pierda. " El principio es: “que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengan todo y que a nadie le falte nada”[15]

Wajt’a.  Se recobra la importancia de la ceremonialidad. Es el contacto con la naturaleza y con las fuerzas ancestrales.

Jiwasa. Nosotros. Es la primera persona, abarca la montaña, plantas, insectos, ríos. Es a disolución del yo para unificarme con el entorno.

Jiwaña. Muerte o transformación
Jiwaqique. Hermoso




Estructura económica de Bután (el ejemplo contemporáneo de una estructura ideológica, social y política diferente)

El reino de Bután se encuentra en medio de dos países gigantescos, tanto en influencia religiosa como económica: China y la India, y en realidad no tendría mayor importancia para nosotros si no fuese el único país que ha abandonado el PIB, estándar económico de medición de desarrollo, para sustituirlo por el FIB (Felicidad Interior Bruta, en inglés GNH, Gross National Happiness) como indicador.

En un intento de esbozar lo que es Bután políticamente, diremos que estaba constituido  como una monarquía feudal hasta 1996. En su tránsito hacia la democracia, el imperio se transforma en una monarquía constitucional cuando en el 2006, el rey Jigme Singye abdica para impulsar elecciones, ganadas demoledoramente por el Partido para el Bienestar de Bután (DPT) con Jigmi Thinley como ministro[16].

En el aspecto sociológico podemos mencionar que desde hace algunas décadas se han logrado fuertes mejoras sociológicas en el reino, aumentándose la alfabetización de un 10 a un 60% de la población, y la esperanza de vida de 43 - 66 años, mientras que la tasa de mortandad infantil se reduce un 75 % (pasando de 16,3 a 4,3). El gobierno también se ha dedicado a solventar necesidades básicas como sanidad, educación, infraestructura (agua, luz), pero (y este es un factor fundamental) cuidando que el crecimiento esté de la mano de la sostenibilidad, puesto que la población y el gobierno se percatan de que del segundo depende la perdurabilidad del primero.

A este panorama tenemos que agregar la muy reciente incorporación al mundo globalizado: es en 1999 que se introduce la televisión en el imperio, el tabaco está prohibido (el consumo por importación es legal pero no la venta). La generalización del uso del coche, teléfono, correo es reciente, de hace apenas 50 años. También se menciona frecuentemente el dato que Timbu, es la única capital sin semáforos en la actualidad.

Finalmente queremos hacer notar que un 97% de la población butanesa se considera feliz (entre los cuales       un 45% como muy felices y un 52% de felices) mientras que solo un 3% de ellos como infelices.


Quizá para lo que nos concierne, la economía de países con buen vivir, deberíamos hablar de la estructura económica de Bután, referirnos a datos como los índices de exportación - importación, rentas anuales, PIB, etc. Sin embargo, en base a las consideraciones expuestas en el epígrafe anterior[17], hemos decidido estudiar y analizar la economía haciendo un entramado de ésta con la religión butanesa.

Creemos que la gran revolución expresada en este gobierno reside justamente en dejar el continente económico convencional para enfocarse en la forma en que su cultura se gestionaría a sí misma y para dicho efecto se necesita de un firme soporte ideológico.
Si bien es verdad que el hinduismo es practicado en el imperio, es el budismo lo que predomina; dentro de esta forma religiosa, el valor de que el mundo material es ilusorio es dominante. Ante esta idea clave, nos damos cuenta de lo separada que se encuentra esta ideología de lo que conocemos ¿a qué le da, pues, importancia la sociedad butanesa?

Existe un fuerte énfasis en la identidad cultural, sobre todo por medio del sostenimiento de tradiciones, y una valoración especial al vínculo con la tierra (debemos tomar en cuenta que el 80% de la población se dedica a la agricultura, por lo que el lazo con la producción directamente en la tierra está muy presente, y el cuidado del medio es una creencia institucionalizada en la existencia de estas personas). Así mismo el desarrollo personal es fundamental; para un butanés, sin felicidad la vida no tiene sentido, y puesto que la felicidad es algo empírico (es decir, que los individuos la viven y la perciben) esta es capaz de desarrollarse y cultivarse. El budismo promulga, pues, que lo vivo persigue la felicidad.

Hemos extraído los cuatro elementos clave de esta economía[18] por creerlos relacionados con esta ideología

1) Desarrollo económico social sostenible y equitativo
Algo que se entrevé en la organización económica de Bután es que es en alta medida autónomo para sostener la demanda de su gente, en base a un medio de producción que ostenta primordialmente la solidaridad entre los grupos pequeños.
2) Conservación del medio ambiente
Hemos mencionado ya la importancia de la integración con el ecosistema.
3) Preservación de la identidad, promoción de la cultura
Relacionada con el desarrollo individual, inseparable de las relaciones interpersonales.
4) Estabilidad institucional y social, buen gobierno
No nos atrevemos a hacer deducciones de tipo social, pero el hecho de que una gran parte de la población sea productora fomenta una economía de solidaridad y comunidad, así como una noción compartida de gestión del gobierno.

Un punto más a remarcar es la organización política de este país. Hasta los años 70 del siglo pasado, los habitantes se regían únicamente por la religión, hasta que llega la constitución y la forma democrática de gobierno (cabe decir que los habitantes no eran tan partidarios de este cambio, hubiesen mantenido la monarquía de no haber sido por la iniciativa de abdicación de Jigme Singye). En segundo lugar, creemos que la organización interna (eficiente hasta donde podemos percibir) depende en gran medida de una ideología de aceptación y obediencia dada a través de la religión.

Con respecto a las actividades de distribución y consumo diremos que evidentemente el mercado el necesario en el funcionamiento de una sociedad, y de Bután no se desvincula de este principio, sin embargo, tenemos que percibir el contraste de términos con respecto a la sistema capitalista.

Dentro de nuestro paradigma, la idea de consumo reside principalmente en la compra, mientras que en otras organizaciones, la satisfacción de un consumo se da en la ejecución de un acto más complejo. Tomemos la adquisición de un bien por ejemplo; en las sociedades de mercado, la transacción monetaria ya satisface, por definición, una necesidad[19] (digamos que hemos comprado satisfactoriamente un par de zapatos) mientras que, cuando la economía está inserta en la vida social, esta misma sensación de satisfacción implica una diferente disposición del individuo (en este caso ya no solo cuenta el costo de los zapatos sino lo que puedo hacer con ellos).

Con este panorama es más fácil comprender la posibilidad de dar un énfasis especial a otras formas de desarrollo como son la educación o la identidad cultural (¡seguimos hablando de desarrollo económico!).

En fin, desde una forma muy superficial hemos querido esbozar las formas políticas y económicas de un país como Bután, esperamos que, contextualizado así, sea más accesible su idea de desarrollo, sostenida en la seguridad e identidad personal.

Algo que percibimos definitivamente es que la realización individual forma parte del sistema político (sea directa o indirectamente), a lo que podríamos preguntarnos ¿cuáles son los objetivos individuales y políticos que priman en la sociedad vigente?




Incorporación de sistemas en el concepto de Buen Vivir

Quizá lo más importante que hemos encontrado en estas sociedades (y remarcable, dada la diferencia con respecto a la nuestra) es que no hacen de sus impulsos una institución, sino que, como apunta Sahlins, la satisfacción personal depende íntimamente de un correcto funcionamiento ecológico[20].

De aquí podría realizarse todo un estudio con respecto al despotismo individual que puede encontrarse en la sociedad de mercado, pero nos limitaremos a recordar las palabras de Polanyi, "Nuestra dependencia animal con respecto a la comida ha sido puesta al descubierto y se ha permitido que nuestro miedo a morirnos de hambre saliera a la luz. Nuestra humillante esclavización a lo material que toda cultura humana está destinada a mitigar, ha sido transformada deliberadamente en algo más riguroso". (Polanyi, citado en Sahlins, 1977, p. 42) y a hacer notar que este es un factor clave para la institucionalización de unas formas de trabajo igual de rigurosas y opresoras[21].


Encontramos la consolidación del utilitarismo como una forma de vida, y esto, ante formas de economía ecológicas representa una involución[22]. De esta manera se sentencia como una perversidad la idea generalizada de satisfacer al grado máximo con el mínimo esfuerzo. En sistemas no dominados por el afán individual se fomenta la moderación, la correspondencia y la persistencia como cualidades personales, lo que da cabida a los individuos de ser elementos activos en un equilibrio funcional, esto es, de manera aparentemente indirecta pero de lo más inequívoca, una vía a la realización personal.


En conclusión

Si queremos extraer elementos significativos de una organización económica eficiente debemos tomar en cuenta el desarrollo de valores como educación, respeto a medio ambiente y estabilidad social,... en fin, el bienestar personal como un fin en sí mismo, integrado a la vida no solo individual sino socia de los seres humanos.

Otros elementos incuestionable en la constitución de una economía sana y sustentable son la autonomía de la producción, sin esta es casi imposible asegurar seguridad económica.

Para cerrar este comentario queremos agregar, que de diversas maneras se ha comprobado la rentabilidad del bienestar de los individuos para las naciones. Los efectos sociales que tiene el contar con individuos sanos y felices es indiscutible, ahora que, también es de tomar en cuenta que este estado ha de ser buscado fuera del sistema conocido actual, citando a Mayra Casas Vilardell[23] " no se trata de salir de la crisis del capitalismo, sino de salir del capitalismo en crisis para lograr verdaderamente vivir bien".



Repercusión en el mundo contemporáneo

La ONU ha elevado a la felicidad como el un objetivo primordial para la humanidad

Búsqueda de un sistema para medir la felicidad interior bruta

Bienestar general como indicador de progreso

Constitución de Ecuador que incluye el concepto de "buen vivir" (sumak kawsay) en sus preceptos.







**Otro ambiente determinante en el "ecosistema" contemporáneo es el ambiente laboral, "las encuestas demuestran que la felicidad está directamente relacionada con el buen ambiente laboral" (Escamilla, 2012, p. 113), no sólo teniendo un empleo digno sino tomando en cuenta los aspectos de seguridad económica que éste puede brindar y, evidentemente las buenas relaciones entre miembros, el reconocimiento y el valor que el individuo le asigna personalmente a la empresa que realiza.



Bibliografía

Escamilla, D. "La semilla de la felicidad. Bután, una idea que inspira al mundo", España, Plataforma Editorial, 2012

Farah, I; Vasapollo, L. "Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista?", Bolivia, Plural Editores, 2011

Huanacuni, F. "Buen Vivir / Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas", Perú, CAOI, 2010

Sahlins, M. "Economía de la Edad de Piedra", España, Akal Editor, 1977

Sahlins, M. "Las sociedades tribales" España, Editorial Labor, 1972

Service, E. "Los cazadores", España, Editorial Labor, 1973

Polanyi, K. "The great transformation", EUA, Beacon Press, 1944



[1] Basta con referirnos a los índices de alcoholismo, de suicidio o mendicidad para demostrar el fallo enorme de nuestra estructura social.
[2] Con la expresión anterior queremos hacer referencia al crecimiento (acelerado a tal grado que ya escapa del ámbito de lo manejable) que se ve reflejado en todos los niveles de la escala económica, desde una deuda que crece exponencialmente, la demanda demográfica que aumenta en esas mismas condiciones junto con el uso de recursos ambientales, y, en la escala principal de esta cadena, la presión a la que se somete a los individuos, imponiéndose una carga laboral cada vez mayor.
[3]En Farah, 2011.
[4] Es más correcto decir ostentaban, debido a que la subsunción de su economía al sistema de mercado ha modificado las formas de vida y abastecimiento de estas personas.
[5] A manera de ejemplo, en el caso de los !kung se manifiesta un fuerte impulso de generosidad con los padres de la novia primeramente.
[6] Para estas tribus, con los regalos e intercambios se esta "formando amor" entre las personas, es por esto que el comercio les parece un procedimiento indigno de suministro y "lo rechazan por la posibilidad de despertar malos sentimientos" (Sahlins, 1977, p. 254).
[7] Se estima que la actividad de recolección de los bosquimanos es más eficiente que la producción en granjas hasta antes de 1948.
[8] Esto es un hecho que ellos intuyen puesto que se resisten al paso a la agricultura, "¿para qué cultivar, se preguntan, si la naturaleza ya provee de todo lo que necesitamos?". Parecen saber que la agricultura significa un duro trabajo.
[9] Zen es en realidad una rama del budismo mahāyāna que veremos en el estudio de Bután.
[10] Traduciendo lo anterior a términos antropológicos: normalización de la reciprocidad generalizada
[11] Sahlins, 1977.
[12] Polanyi, 1944.
[13] Gunside apunta sobre los indios Yaghan "no dan el menor valor a sus utensilios [...] Los objetos valiosos que se les entregan son atesorados durante unas pocas horas, mientras dura su curiosidad; después dejan que todo se deteriore dentro del barro. Cuantas menos cosas posean, mayor su comodidad para viajar" (Gusinde, 1961, citado en Sahlins).
[14] Información extraída de Huanacuni, 2010.
[15] Ibid, p. 36
[16] Escamilla, 2012
[17] A notar, que la economía algunas veces tiene más que ver la interrelación de sistemas sociales e ideológicos que el intercambio monetario cuantificable.
[18] Escamilla, 2012.
[19] Tomemos en cuenta lo que esto significa en la conducta. La generalización de la inmediatez para la satisfacción de necesidades ocasiona complacencia efímera que algunas veces viene acompañada por sentimiento de culpa.
[20] Insistimos en comprende con esta palabra tanto la relación con el medio como la interacción social.
[21] Apuntamos que en otras sociedades el trabajo no es un mal necesario como en la nuestra; los Yir-yoront, por ejemplo no distinguen la palabra "trabajo" de juego.
[22] Ana Isabel Navedo Montequín en Farah, 2011, p. 291.
[23] En Farah, 2011, p. 331.

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