Tema
La indemnización justa del daño ecológico causado a los países del sur
es una deuda pendiente de las transnacionales.
Introducción
Los cinco autores de este
texto nos proporcionan una versión global resumida de la situación económica
ambiental relacionada con la economía del planeta. Tratan para dicho efecto
cuatro aspectos fundamentales del deterioro:
la saturación atmosférica de carbono, la biopiratería, los pasivos ambientales y el transporte de
residuos[1]. Este
abanico de conflictos ecológicos contiene en sí, situaciones localizadas desde los
cielos hasta los vertederos profundos de la tierra.
El estudio pretende
ambiciosamente registrar los niveles de daño ambiental con el fin de relacionarlos cuantitativamente
con otro tema de suma actualidad y relevancia: la deuda externa. Veremos que
los autores proponer un sistema que equilibre (decir equipare sería injusto) el
daño hecho a algunas zonas del planeta -remarcando la diferencia Norte-Sur- a
través del sistema financiero.
Estructura argumental
1. Es difícil determinar la situación real de la deuda actual puesto
que ésta es producto de una serie de eventos históricos (que va desde el colonialismo
hasta los genocidios culturales) además de ambientales (eventos, también
históricos pero que afectan materialmente la producción. El saqueo de recursos,
los daños por sobreexplotación, la exportación de residuos tóxicos y el
acaparamiento de la atmósfera como receptáculo de dióxido de carbono, son
algunos ejemplos)[2].
2. La economía está contenida dentro de un sistema ecológico global que
integra los recursos naturales necesarios para la subsistencia. Por esta razón
un concepto importante a la hora de hablar de deuda debería ser el de deuda ecológica, aquella que los países industrializados
adquieren como causa del monopolio de la explotación de recursos comunales y
disposición de desechos.
3. Los cuatro factores principales que incrementan la deuda ecológica Norte-Sur
son:
Deuda de carbono - Con repercusiones
que van del incremento de la temperatura media a la disminución de la capa de
ozono. Se reconocen como causantes las emisiones de carbono (CO2), metano (CH4)
y óxido nitroso (N2O). En este apartado cabe recordar que aún si se cumpliera
con los acuerdos estipulados en el Protocolo de Kyoto, el calentamiento global es
inminente y afectará con mayor ímpetu a los países en desarrollo (ésta es otra
de las muchas caras de la desigualdad que hace que cada vez sea mayor el
alcance de los perjuicios ocasionados a los acreedores
de esta deuda).
Biopiratería
- Puede ser de carácter
intelectual (apropiación de conocimiento sobre plantas) o de calidad física,
refiriéndose a la producción de materia viva (la importación de información
biológica contenida en semillas).
Se asume que en el entorno físico de cada sociedad se ha realizado una
inversión de tiempo y evolución para lograr un producto -consumible en especie
o en saber-
del que sociedades avanzadas se han aprovechado (a veces hasta sintetizado en
laboratorios). Este "tráfico" de bienes naturales está ejemplificado en
la economía norteamericana en con la patente del frijol amarillo por un
empresario norteamericano, privando a la comunidad mexicana (productora
original del frijol) de los derechos y beneficios de esta producción.
Notamos que la comercialización que hacen los países del norte de los
bienes naturales producidos por los países pobres, lejos de beneficiar a los
últimos, les perjudica.
Pasivos
ambientales - El daño
ambiental ocasionado por la explotación de lugares naturales por empresas.
Contempla desde la actividad normal de explotación a los accidentes ocasionadas
por ésta. Notar que las empresas son generalmente transnacionales del Norte.
Exportación
de residuos - Depósito de los
residuos en países con desventajas, digamos, informativas. Parece una sátira,
una provocación indignante, pero es verdad: en este caso no se podría adjudicar
una deuda (o multa) a las empresas puesto que la responsabilidad de ellas está
cubierta al pagarle a los a distintos países receptores por aceptar los
desechos.
4. Factores por los que la deuda ecológica no ha llegado a ser
justamente cuantificada (y que la incrementan desde el aspecto moral).
Buena parte de las causas de la explotación masiva de
la naturaleza es el esfuerzo descomunal de los países pobres por pagar su deuda
(a pesar de es justamente el sistema que les cobra, el que, en forma de círculo
vicioso, ocasiona que cada vez reciban menos por sus productos).
No se pueden cuantificar pérdidas irreversibles (pérdida de vida,
biodiversidad o ecosistemas).
La
inadvertencia/omisión del ritmo biológico de los recursos naturales. "Los recursos renovables tienen ritmos
biológicos de crecimiento más lentos que los ritmos de crecimiento económico
impuestos desde el exterior"[3]. Joan
Martínez
Daños causados a la integridad individual*, puesto que a los países
pobres no les queda otro remedio que seguir sobreexplotando sus recursos para
satisfacer las demandas económicas (y éstos no crecen al ritmo exponencial de
la deuda), el estado se ve obligado a reducir salarios, así, la población es
indirectamente forzada a pagar en tiempo laboral esta deuda, en impuestos, en
reducción de salarios y en aumento de precios.
5. El libro contiene, por último propuestas de neutralización de la
deuda económica de países pobres en contraposición a la ecológica.
Resumen
Para hablar de manera justa de un pago de las deudas externas debe ser
tomado en cuenta el factor ambiental puesto que la economía que reclama el pago
está inserta en este otro sistema. Aunque es muy difícil cuantificar la deuda
ecológica y establecer una equivalencia, los perjuicios causados a países
pobres podría servir como amparo a su situación económica.
Valoración conclusiva
Probablemente uno de los principales problemas tratados en el texto es
la falta de justicia en la distribución de contaminación ambiental[4]*. En
este paradigma de reciprocidad, "daño por daño", las implicaciones y
variables del uso ecológico del planeta son negociables y discutibles, de modo
que la propuesta expuesta en el libro sigue correspondiendo a los criterios
materialistas de consumo y producción.
Es verdad que el sistema de multas es útil para regular el impacto
ecológico de países que rigen su producción cuantitativamente (a efecto de
valores ganados y perdidos), pero desde una visión enteramente personal
quisiera decir que al hablar de economía (o de deuda en este caso) en términos
ecológicos nos referimos a la tierra como entidad indivisible (este concepto
también es difícil de visualizar partiendo del paradigma en el que estamos),
por lo que los sistemas de cuantificación propuestos aquí, si bien tienen todo
para ser justos, quedarían obsoletos en una situación en la que la preservación
de los recursos existentes en el planeta fuera de mayor impacto que lo que ocurriese
con el sistema monetario (tan efímeramente consolidado).
Imaginemos una familia en la que la madre pide prestado al hijo mayor
cierta cantidad de dinero para la comida del día. En una situación del holgura
el hijo se podría ver en derecho de pedir de vuelta el dinero prestado a la administración de la casa, en una
opuesta, de necesidad general, el hijo buscaría los medios de incrementar los ingresos comunales para la manutención
de toda la familia.
De una manera semejante, si los Estados internacionales se encontraran
en una situación de autonomía (en la que su producción propia les bastase), es
justificable el uso de recursos como el préstamo, la deuda (y si se quiere
llevar a más, el interés); pero en otro caso (que se parece más al actual) en
el que países de todos los continentes demostraran su insolvencia material y su
interdependencia, por más elevados que estuviesen sus índices de su deuda e
interés, el "rescate económico" real sólo podría efectuarse en el
plano físico.
Como pequeño cierre (y sin mayor afán que el de una voz ahoga en arena)
comentaría que, desde la economía fisiócrata, las disposiciones de justicia de
la crematística quedan insuficientes.
[1] Consideremos su importancia puesto que son los principales problemas a
los que tendremos que enfrentarnos los habitantes de este planeta.
[2] Anotamos que este punto es una prueba de que los procesos políticos no
son valorables en dinero.
[3] Citado en el texto
* No está mencionado como categoría por
los autores
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