viernes, 12 de febrero de 2016

Métodos y Técnicas de Investigación (Quinta parte)

Algunos otros recovecos epistemológicos


   Ahora que hemos explicado lo que hace a una etnografía nos centraremos en algunos procesos que han reconfigurado la forma de hacer de nuestra disciplina, centrándonos en el tema de la Representación y con la respectiva crisis que trajo el desarrollo de la antropología hermenéutica.

 
   LA ETNOGRAFÍA COMO REPRESENTACIÓN


   Díaz de Rada explica la crisis de representación como consecuencia de la propuesta interpretativa. En esta propuesta usa la analogía de la penetración analítica en un texto literario para el estudio de las culturas, de modo que la crisis se apoyó en la crítica literaria.

   Se cuenta que un investigador en una comunidad de Gabón iba a tener una importante entrevista con un informante cualificado, la preparó con la lectura de una monografía clásica sobre la zona.  A medida que el investigador iba preguntando las preguntas que tenía preparadas recibía respuestas pertinentemente, hasta que, en un momento en que formuló una nueva pregunta, el entrevistado titubeó un poco y se excusó, volvió al cabo de un momento con un ejemplar en la mano de la misma obra clásica que había servido al investigador para preparar la entrevista.

   Pero no le ocurrió únicamente a este investigador, también los informantes nativos en América conocían las monografías de Kroeber por citar solo un ejemplo. Imaginemos los problemas (paranoias) que un evento así pudo haber suscitado en los entrevistadores. Los nativos no solo participan en la autoría de la interpretación, muchas veces la conocen, la manejan, quizá hasta la utilizan (a saber lo que hacen con ella).

   En esto consiste la crisis: el sujeto involucrado forma parte de su propia representación ¿sabrán llevarlo correctamente el investigador y el investigando? ¿hasta qué punto uno se convierte en otro?

   James Clifford resume las nuevas condiciones de producción etnográfica:

-Ya no es posible actuar como si el investigador fuera el único y principal portador de la cultura al escribir su trabajo.
-Cada vez es más frecuente que los informantes lean, escriban e interpreten versiones anteriores de la propia cultura.
-Se ha disuelto en parte una poderosa distinción: la división del globo en pueblos letrados y no letrados. Las relaciones entre informante e investigador han cambiado y ello conlleva el replanteamiento de la autoridad y la autoría etnográfica.

    La propuesta desde el posmodernismo de Marcus y Fischer es que la etnografía capte “el contexto histórico de sus sujetos y registre la acción constitutiva de los sistemas relacionales políticos y económicos sobre el nivel local, donde el trabajo tiene lugar. Esas acciones no son meros impactos externos, sino que los sistemas tienen su definición y penetración local y afectan intrínsecamente la formación de significados compartidos en los mundos íntimos de los sujetos etnográficos.”

   Lo habrán dicho, quizá, como una advertencia al antropólogo para tomar en cuenta el medio real que será afectado por su trabajo y al mismo tiempo que no contar con los sujetos como si fueran seres pasivos, aún no formados.

   Llevado a su terreno, dirá Díaz de Rada que intentamos producir modificaciones en los puntos de vista de los receptores para los que escribirnos (él se refiere a lo que le gustaría que su trabajo influyera en el terreno de la educación): “Nuestra tarea consiste en propiciar descentramientos que en la medida de lo posible comprometan a las personas en sus vidas reales, pero hay que reconocer que una visión triunfalista sobre este asunto sería desmesuradamente inocente.”

   En este sentido, el potencial transformador de la etnografía radica en el recorrido que el investigador realiza por la trama de la cultura como construcción cotidiana. Para el etnógrafo, las grandes ideas carecen de sentido sin un asiento sólido en las pequeñas realidades.
   Otra de las paranoias paranoia a la hora de hacer Antropología es la construcción del objeto de investigación (sí, no se descubre, no se delimita: se construye). A este respecto Bourdieu nos da muchas pistas, adelantando eso de que “el punto de vista crea el objeto”, una frase que, en realidad es de Sassure[1], pero resume magníficamente el vector epistemológico que él defiende al mismo tiempo que critica las deficiencias del método hipotético-deductivo.

 Cómo se crea el objeto/ problema de investigación[2]

   Abner Cohen en Two-dimensional man explica que “una disciplina se define en términos de los principales problemas con los que lidia. Un problema refiere a un hueco existente en nuestro conocimiento acerca de la forma en que las variables se relacionan entre sí. El avance de la disciplina esta en relación a la identificación y aislamiento de estas variables en el análisis de su interdependencia.”

   El problema de investigación conduce a identificar variables, aislarlas y analizar su interdependencia, de ahí a generar explicaciones o interpretaciones, pero su importancia radica en que hace avanzar en el conocimiento de las ciencias sociales (Bourdieu en “El sentido práctico”), puesto que su definición y evaluación será la materia prima de la disciplina.
   Lo anterior se explica si tomamos en cuenta el vector epistemológico: es la teoría la que construye el hecho (y por lo tanto la observación) y no en sentido opuesto.
   He aquí una cita de Boris Salazar que apoya lo dicho.


 “Si el avance del conocimiento en las ciencias sociales debiese tomar la forma de investigaciones sobre el curso de acción más apropiado a cada situación social específica, la racionalidad observada por los agentes en cada modelo se convierte, entonces, en un objeto de investigación en sí mismo. Es decir, la descripción de cada situación social y la construcción del modelo correspondiente implicarían una investigación acerca del tipo de racionalidad adecuado a esa situación y a ese modelo de referencia. No habría, entonces, una sola racionalidad práctica aplicable en forma indiscriminada y atlética a todos los problemas de las ciencias sociales. En su lugar, habría un vasto rango de situaciones sociales, susceptibles de ser representadas en modelos formales, cuyo eje central de investigación y de creación de conocimiento es la búsqueda del tipo de racionalidad adecuado a esa situación. La racionalidad, entonces, no sería un atributo de los individuos, sino una propiedad emergente de múltiples procesos de interacción social, ocurridos en escalas temporales muy diversas, y dependiente de las condiciones típicas delimitadas por cada modelo específico.”

   La ciencia no puede definirse por un sector de la realidad o adjudicárselo como propia, el abordaje si lo convierte en investigación científica. El objeto de investigación surge de este enfoque: el objeto de investigación no existe si no a través de una problemática teórica.
   Lo real no tiene nunca la iniciativa, puesto que sólo puede responder si se lo interroga, de aquí que no existe equilibrio entre las hipótesis y las pruebas empíricas. De modo complementario, sin teoría no se puede interpretar una sola lectura.[3]

   Bourdieu arremete con una crítica contra el positivismo, puesto que este se limita a hacer reinterpretaciones inconsecuentes y confirmaciones en condiciones técnicas, esto es lo que genera la sociología espontánea (e ingenua).


VECTOR EPISTEMOLÓGICO (para mayor referencia leer el artículo sobre Renuncia empirista en este mismo blog[4])



   Se trata de buscar en relaciones conceptuales entre problemas, por lo que “el objeto de investigación, por más parcial y parcelario que sea, no puede ser definido y construido sino en función de una ‘problemática teórica’ que permita someter a un sistemático examen todos los aspectos de la realidad puestos en relación por los problemas que le son planteados(Bourdieu, 2002:54).

   En el ensayo se reseña mejor la postura de Bourdieu, aquí solo mencionaré las principales rectificaciones al método hipotético deductivo.

   En primer lugar se opone a Aristóteles, Hume y todos los que ponen esperanzas de verdad en el empirismo, rectificando el vector epistemológico que va ahora al revés: de lo racional a lo real.

    “La definición del proceso científico como diálogo entre hipótesis y experiencia puede rebajarse a la imagen antropomórfica de un intercambio en que los dos socios asumirían roles perfectamente simétricos pero  lo real no tiene nunca la iniciativa, sólo puede responder si se lo interroga”. Los data no responden a las interrogantes para las que no han sido construidos.

   Además, nos recuerda las condiciones epistemológicas de la retraducción de hechos: estos siempre se reconstruyen y, sin la atención adecuada, el registro fiel de datos puede conducir a sustituir prenociones del investigador por las de quienes estudia o por una mezcla falsamente científica de la sociología espontánea.

                                           La estenografía es un tipo de experiencia cultural.
                                              Toda experiencia cultural es experimental.
                                                                                                                  Paul Rabinow


Bibliografía

Bourdieu, P., Chamboredon, J.C., Passeron, J.C. (2005) El oficio del sociólogo. Madrid, Siglo XXI.
Rabinow, P. (1992) Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos. Madrid, Júcar.
Velasco, H. y A. Díaz de Rada. (1997) La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos de la escuela. Madrid, Ed. Trotta.






[1] Utilizaremos una cita de Marx para apoyar esta idea. El objeto es autónomo y está fuera de la mente, la forma de pensar esta totalidad será producto de la mente y, puesto que esta responde a un marco de intenciones es lo que definirá la investigación científica.
“La totalidad concreta, como totalidad de pensamiento, como concreto del pensamiento, es in fact, producto del pensamiento y la concepción… como todo pensamiento es producto de la mente que piensa y se apropia el mundo del único modo posible… El sujeto real mantiene autonomía fuera de la mente”.
[2] La creación del objeto de investigación depende, como hemos visto en Durkheim y Sassure, del punto de vista. Puede equipararse al Problema de Investigación (aunque Rosana Guber los diferencias por tener el segundo esa cualidad problemática) y a la Unidad de Análisis. De lo que sí hay que distinguirlo es de la Unidad de Observación, que será el lugar donde se verifica.
[3] Ver el comentario de Bourdieu sobre el golpe de estado teórico con respecto a la percepción de la experiencia “al no hallar ningún punto de apoyo en las sensaciones de la experiencia, no podía legitimarse más que por la coherencia del desafío imaginativo lanzado a los hechos y a las imágenes ingenuas o cultas de los hechos” (Bourdieu: 2002: 73)

Métodos y Técnicas de Investigación (Cuarta parte)


El Trabajo de Campo

El trabajo de campo es una dialéctica entre la reflexión
y la inmediatez. Ambas son construcciones culturales.
Paul Rabinow


   El trabajo de campo no agota la etnografía pero constituye la fase primordial de la investigación etnográfica. Suele designar el período y modo de la investigación dedicado a la recopilación y registro de datos.

   Es más que una técnica y que un conjunto de técnicas pero no debe confundirse con el proceso metodológico global. Es una situación metodológica y también en sí mismo un proceso, una secuencia de acciones, de comportamientos y acontecimientos, no todos controlados por el investigador, cuyos objetivos pueden ordenarse en un eje de inmediatez a lejanía.



   Stocking lo define como “la experiencia constitutiva de la antropología, porque distingue a la disciplina, cualifica a sus investigadores y crea el cuerpo primario de datos empíricos”.

   Dentro de esta experiencia, Díaz de Rada habla de la observación participante como un proceso de socialización, una posibilidad de contemplar la cultura desde el punto de vista del nativo donde el investigador debe adoptar el papel de aprendiz como el niño cuya socialización consiste en llevar a cabo el aprendizaje de su cultura. Si bien aspira a la plena integración en el grupo se reconoce que es un proceso que debe cumplir un adulto ya socializado en otra cultura, este aprendizaje sera instrumentalizado para un objetivo externo.

   Para ello se requiere la neutralización del etnocentrismo y la superación del shock cultural, es decir desmantelar prejuicios etnocéntricos en virtud de la aprehensión de diferencias que afectan intrínsecamente la comprensión del otro. Incluso los trabajos en casa, los estudios sobre “nosotros” se espera que el aprendizaje de la investigación contribuya a la formación del sentido de diferencia, sin el que cual el trabajo de campo resultaría imposible.
   
Desde ambos modelos el sentido de diferencia sólo se logra si la socialización es reversible: en el primer caso porque el investigador puede asimilar otra cultura, en el segundo porque puede despojarse de ella. Ambas son fases o aspectos del mismo proceso.

   Este proceso tiene su contrapartida en la persecución de la objetividad, como Lévi-Strauss subraya no se trata de trascender los valores de la sociedad a la que pertenece el observador, sino de ayudar a lograr un nuevo lenguaje de entendimiento entre la sociedad a la que pertenece el investigador y la que analiza:  “el antropólogo hace algo más que acallar sus sentimientos: elabora nuevas categorías mentales, contribuye a introducir nociones de espacio y tiempo, de oposición y contradicción, tan extrañas al pensamiento tradicional”.

   Llegamos a la conclusión de que nuestra buscada objetividad no será otra cosa que un acceso a significados profundos en un proceso de comunicación (lo veremos más adelante en las formas de inter-subjetividad), como diría Geertz, no hacemos más que un refinamiento, o interpretación de conductas:


El etnógrafo no percibe, ni […] puede percibir lo que su informante percibe. Lo que percibe, 
con alguna incertidumbre, es que percibe “con” -o “por medio de”, o “a través de” él.

   La crítica al trabajo de campo por parte de Llobera está enfocada fundamentalmente al uso que se le dio en la posmodernidad; lo condena a ser irrelevante y lo crítica por haberse convertido en toda la Antropología de los años 90, también y comenta que ésta no puede colgarse de aquél al ser únicamente otra de las fuentes, ahora entendemos que este es un trabajo irrenunciable por ser lo que nos proporciona datos empíricos (Stocking) y la utilizamos como fuente principal por darnos el marco donde está inserto el proceso.

   Es cierto que los antropólogos suelen referirse a su grupo profesional como a una “tribu” y al T. C. como a su ritual central por lo que es comprensible que Malinowski sea considerado el héroe cultural de la disciplina y Los argonautas un mito euhemerístico (Stocking).

   En su versión original el trabajo de campo se caracterizaría por mantener al investigador desligado de la comunidad de procedencia, no dependiente de la administración, de la iglesia o de empresas comerciales, formado académicamente y conocedor de las ciencias sociales, viviendo, conviviendo de forma continua y prolongada con las gentes que forman una comunidad local, una organización o mera agrupación relativamente estable.
   A pesar de que es Rivers quien postula esto, Malinowski fue el primero en ejecutarlo (como él lo describe, quedándose “solo en una playa tropical”) por lo que Argonautas puede considerarse la carta fundacional del trabajo de campo antropológico.
  
No está de más insistir en que esta propuesta surge en mitad de una crisis metodológica en la que se perdía la actitud ansiosa de recoger especímenes de cultura material mientras crecía la atención hacia el comportamiento social: el trabajo de campo llegó a desbaratar el viejo sistema en el que el papel de recogida de información y elaboración teórica estaba disociado, esto supuso la unificación de dos actividades para el desarrollo de una nueva ciencia: el registro de información y la elaboración teórica empezaron a ser realizados por el investigador, difícilmente podría tolerar un ámbito académico la falta de control de las fuentes de información hasta entonces indirectas.
  
Esta recomposición del trabajo antropológico no deja de reflejarse en tensión en la etnografía, como puede verse a continuación.

Una vez que se acepta la definición de la antropología como observación participativa, tal como yo había ya hecho, el curso de acción que tenemos frente a nosotros viene generalmente gobernado por eso dos términos contradictorios; la tensión entre ellos define el espacio mismo de la antropología. La observación, sin embargo, es lo que prevalece, ya que es ella la que sitúa las actividades del antropólogo. (Paul Rabinow, 1992: 84)




MODELO DE TRABAJO EN ETNOGRAFÍA, DIMENSIÓN EPISTEMOLÓGICA Y CRÍTICA


Nuestras ciencias sociales, objetivas, que tratan los hechos como
entidades separables de un todo mayor, quizás sean lo suficientemente
reales para nosotros, pero para Malik le resultaban totalmente extrañas.
Paul Rabinow


   En este apartado hablaremos de los tres ejes en los que Díaz de Rada y Velasco sitúan la etnografía, los fundamentos de la orientación metodológica: Extrañamiento, Intersubjetividad y Descripción Densa. Recodemos que estos principios serán englobados como técnicas y que estas a pertenecen a un método que procede a su vez de una mediación teórica como se expone en el gráfico de Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada.




EXTRAÑAMIENTO

   En un momento del proceso social el observador percibe una anomalía que exige un esfuerzo de comprensión. Probablemente la percepción de anomalías es el motor de arranque de toda investigación científica (Kuhn).


   La cualidad etnocéntrica de todo conocimiento social llevó a Stephen Turner a formular la idea de que la investigación social parte de una “hipótesis de similitud entre prácticas” (HSP): puesto que en mi mundo se hacen tales y tales cosas, y lo que se hace en mi mundo es lo esperable y natural, las prácticas sociales han de ser en cualquiera parte similares a éstas en mi mundo. El extrañamiento nos predispone a someter a falsación las HSP y percibir que en otros modos sociales las personas hacen lo que nosotros no haríamos y fraguar una actitud relativista ante lo que no encaja con nuestros paradigmas etnocéntricos; con esa actitud el etnógrafo trata de convertir la percepción en una reflexión intelectual en lugar de juzgarlo como un modo inferior o deficiente de vida.
   
El investigador no busca lo que no hacen los sujetos, sino en qué circunstancias hacen lo que hacen. Hemos mencionado que el concepto de Ruptura (Bourdieu dedica una parte entera a este tema en El oficio del sociólogo) y el de Quiebra Epistemológica (Hacia un lenguaje etnográfico de Michael Agar) muestran los fundamentos epistemológicos de este requisito. Además Velasco insiste en que mantener una percepción ampliada, es decir, crear espacio para incertezas, da mejores posibilidades de descubrimiento.




Algunos apuntes sobre RUPTURA
  
 Bourdieu habla de ruptura en términos de “conquistar del hecho contra la ilusión del saber inmediato” (o sentido común). Siguiendo este fundamento, hace referencia al carácter positivo de la no-conciencia (ver Bourdieu 2002:29-34). Se critica la primacía que los psicólogos y sociólogos tienden a dar representaciones se sustituyen por observaciones objetivas en las que están inscritas estas interpretaciones.  De lo anterior se infiere también que la descripción incorpora siempre interpretación.

   “Teoría social no es otra cosa que la forma positiva del principio de la no-conciencia: las relaciones sociales no podrían reducirse a relaciones entre subjetividades animadas de intenciones o “motivaciones” porque ellas se establecen entre condiciones y posiciones sociales y tienen, al mismo tiempo, más realidad que los sujetos a los que ligan”

   La idea de ruptura se enfoca principalmente al sujeto de investigación, haciéndole recordar que la teoría de la que parte “no es otra cosa que la interpretación positivista del ideal tradicional de la Summa Sociológica”, con lo que él tendrá la intención de representar “tan exactamente como sea posible un conjunto de leyes experimentales”,  intención que despojaría a la teoría de su función primordial: asegurar la ruptura epistemológica y concluir en el principio que explique las contradicciones, incoherencias o lagunas y que sólo él hace surgir en el sistema de leyes establecido” (ibid, p. 49).


Esta idea será reforzada por la cualidad emergente de la Antropología propuesta por Agar y la función etnográfica que expresa Bateson: “Se puede representar adecuadamente el conjunto de una cultura sin que resulte chocante ninguno de sus aspectos sino naturales, mediante técnicas científicas o artísticas.”



INTERSUBJETIVDAD

Redefinir objetividad

   Ya lo dijo Wittgenstein: no existe verdad extracultural o extralingüística “objetiva”.

   Recogiendo la mayor diversidad posible, las prácticas mediante las que esos agentes construyen su mundo sociocultural de manera que el punto de vista del investigador sea radicalmente influido por el conjunto de los puntos de vista de los que hacen que esa realidad exista en su complejidad.
   
Paul Rabinow se describe esta forma de construir la etnografía en la interacción con sus informantes, refiriendo los problemas que tuvo con ellos para obtener información y diversas reflexiones hechas en torno al papel de ambas partes, informante e investigador en este diálogo.

    “Cuando el antropólogo entra en una cultura, adiestra a la gente para que le objetivice la vida existente en su propio mundo. En todas las culturas, por supuesto, existe con anterioridad un cierto grado de objetivización y autorreflexión. Pero es muy poco frecuente esta traslación explícita y consciente a n medio externo. El antropólogo da lugar a una duplicación de la conciencia. Por lo tanto, el análisis antropológico debe incorporar dos hechos: primero, que nosotros mismos nos situamos a través de las preguntas que hacemos y la forma en que intentamos comprender y experimentar el mundo; y segundo, que lo que recibimos de nuestros informantes son interpretaciones, igualmente delimitadas por la historia y la cultural. Por consiguiente, los datos que recogemos están mediados por partida doble, en primer lugar por nuestra presencia y después por la imagen de segundo orden que exigimos de nuestros informantes.” (Rabinow, 1992:114)
   Estas reflexiones no dejan de tener un alto y valioso contenido de reflexividad, puesta en acción, revisada y explícita en el texto etnográfico.
“Esto no implica en forma alguna que la comprensión transcultural resulte imposible. En tanto tengamos en cuenta el diferente estatus epistemológico de los datos que recibimos, no nos estaremos bloqueando a la comprensión” (Ibid.)

DESCRPCION DENSA

   El programa de la Antropología Hermenéutica (para más referencia leer por lo menos los primeros capítulos de La interpretación de las culturas). Se caracteriza como la penetración en una cultura como si fuera un texto localizándola y contextualizándola.

   Los datos recogidos son localizados en situaciones sociales y no se hace abstracción de ellas, con lo que se busca manifestar la complejidad de relaciones de informantes mediatizada por presencia de otros de modo que el discurso no surja solo de la conciencia del investigador sino de la relación de éste con sus informantes.

    En este programa, se busca la significación simbólica inserta en las interacciones con los otros por lo que hay que buscar entre las lógicas, discursos y mecanismos de interacción entre los informantes, incluso la biografía (de una sola persona) es un relato organizado de interacciones con otros.

El supuesto epistemológico de la descripción densa es que ningún aspecto de la cultura, por muy trivial que parezca, constituye un elemento aislado, una vez que aquélla ha comenzado a ser captada en términos significativos.

INTERTEXTUALIDAD
   La intertextualidad tiende puentes entre facetas de la realidad del individuo. Es un concepto que viene de la lingüística haciendo referencia a los distintos significados de una realidad pragmática, se busca reflejar desplazamientos de los informantes entre espacios de su vida para retratar la complejidad de su realidad, así se tienden puentes con esas y otras parcelas de su realidad.

   Cuando el relato de unos hechos cotidianos y concretos condensa una visión relacional de valores y significados culturales, donde se da cuenta de los significados que los agentes atribuyen a esos acontecimientos y las intenciones con que participan de ellos, estamos ante una descripción densa.

    En la descripción densa se habla siempre intencionalmente de más cosas o de otras cosas de las puedan derivarse en un uso estrictamente referencial nuevos datos. Para llevar a  cabo este proceso exegético es preciso que captemos los momentos en que los significados e intenciones acaban construyendo un espacio público, común, de sentidos y valores compartidos o negociables.

   Díaz de Rada propone que el etnógrafo se comporte como un squatter, un okupa de los espacios en los que se mueven los agentes, para poder plasmar los desplazamientos que realizan cotidianamente entre las diferentes parcelas de su realidad. Una empresa fundamental en cualquier etnografía consiste en identificar esos puentes de sentido que ponen en relación las diferentes parcelas de la realidad en conjuntos compactos de experiencia.


LOCALIZACIÓN
   Para soportar la complejidad del modelo hay que describir la situación social. Al localizar la información en situaciones sociales, la descripción densa muestra que la relación de los agentes es compleja, porque está mediada por la presencia (acciones y discursos) de otros. Aunque se puedan decir cosas de los individuos, ante todo se trata de decir cosas de las situaciones, que es un modo en concreto de hablar de las relaciones.

ENCARNACIÓN (para mayor referencia leer El Regreso del sujeto de Jesús Ibáñez)
   Implica conseguir que los enunciados aparezcan en personajes de carne y hueso y experiencias vividas. Se critica las etnografías que carecen de las voces de otros.

TRIANGULACIÓN
   Es una forma de validar, confirma que determinadas acciones o interpretaciones de la realidad forman pautas. Nos acercamos más ante un elemento del espacio común, es decir, del espacio público de la cultura.

 Pero también se trata de configurar un escenario con una multiplicidad de perspectivas. Escuchar otras voces (polisemia/ Heteroglosia) es un ejercicio de perspectivismo. Heteroglosia. A más voces mayor representación de la realidad. La cultura no sólo es un conjunto consistente de pautas colectivas, sino un proceso de negociación de la diversidad o de variación de las pautas.

    Con respecto a la objetividad, Díaz de Rada apunta que el observador participante desconfía de la información obtenida en condiciones formales y neutraliza el engaño a base de vivencia directa, de convivencia.

DATOS MULTIREFERENCIALES
   Se presenta la información de modo que los datos ofrezcan simultáneamente diversos matices o facetas remitiendo de un solo golpe a la multiplicidad de niveles o aspectos de la realidad.
   Se busca salir del encierro de razonamientos lineales, causas y consecuencias simples. No se busca la inexistente racionalidad universal, no se simplifica ignorando la naturaleza laberíntica de hechos sociales. Si se tiene un foco concreto se pueden buscar parcelas múltiples de observación, y otros puentes de sentido en función del foco. Un retrato fidedigno no se da a base de recortar al sujeto.






[1] Agradecemos a Luis Villa por este y el siguiente gráfico. Más apuntes en: https://antropologiaytonterias.wikispaces.com/

Métodos y Técnicas de Investigación (Tercera parte)

La lógica de la investigación etnográfica[1]

   Ángel Díaz de Rada y Honorio Velasco nos hacen el favor de detallar los procesos de elaboración de datos que conducen a un discurso de tipo etnográfico; es verdad que por más que intentan definirlos y separarlos se demuestra con claridad que son cuatro fases no sucesivas pero superpuestas en la exégesis de un entramado de significaciones. Los cuatro “pasos” son Descripción, Traducción, Explicación, Interpretación.




DESCRIBIR

   La etnografía para Geertz es una descripción densa que implica estos parámetros, dar cuenta de los detalles y sobre todo de las intenciones significativas implicadas en la conducta observada y por eso, a pesar de ser el proceso más diferenciado y primario, implica necesariamente una interpretación. Una descripción densa consiste en inscribir el discurso social, en grabarlo, en registrarlo

   “Describir una serie de actuaciones sin referencia al estado de ánimo de quien las realiza no respondería a las pretensiones de la sociología, cuyo fin no es meramente el de registrar, sino el de comprender las acciones de los hombres en sociedad” escribe Frazer prologando la carta fundacional de esta intención antropológica de comprensión de “las acciones de los hombres en sociedad” y las intenciones de éstos (la de Malinowski).

  Díaz de Rada hace un ejemplo de distintas descripciones en las que resalta los comportamientos significativos que han sido detallados, de esta manera explica que la descripción densa va más allá de los hechos en bruto y los pone en relación con las intenciones sociales que están involucradas. Es así como podremos poner en evidencia las reglas de juego (que es lo que nos interesa, finalmente).

   Lo que se persigue es visibilizar estas estructuras de significación que aparecen irregulares, no explícitas y extrañas, que el investigador debe conectar de alguna manera. El resultado será la interpretación y representación de las reglas de juego, lo que entenderemos como cultura.
   Como nos dice Geertz:
La cultura consiste en estructuras socialmente establecidas de significación en términos de las cuales las gentes hace cosas tales como guiños de conspiración.

TRADUCIR

   E.E.E. Pritchard enunciaba como tarea “revivir una experiencia en forma crítica e interpretativa”, al hacerlo, el investigador transcribe esa experiencia “en las categorías y valores de su cultura y en función de los conocimientos de su disciplina”. Esto es traducir una cultura en términos de otros.

   Traducir es reconocer comparativamente comportamientos de crianza de los niños en Palaos y en las sociedades modernas. Además, ordenar en secuencia un conjunto de comportamientos tras haberlos situado en tiempo y lugar, y presentar a los personajes. Este orden que sigue el canon de la literatura realista incluye también el uso de determinadas figuras retóricas de las que el narrador se vale para contrastar la lógica de control del conocimiento y hacer comprensibles estados de ánimo o del ambiente.

   Malinowski propone un proceso omnicomprensivo y totalizador, exigiendo captar el contexto de situación y el contexto cultural. Esta exigencia convierte a la traducción en un proceso de elaboración de datos entremezclado con la descripción en el que el estudio de la lengua es insoslayable.[2]

   Decíamos que la traducción engloba los aspectos comparados que son suscitados en la descripción (y que son herramienta para ésta), con lo que se muestra que la comparación está inserta en el método antropológico pero ya no como necesidad fundamental de su método sino que toma parte desde la propia condición del investigador como mediador intercultural.
   Uno de los debates que surgen en la traducción es hasta dónde se puede realizar una traducción adecuada. Recordemos que Peter Winch cuestiona la posibilidad de realizar traducciones validas entre culturas sin traicionar su propia lógica[3].

   Gellner sortea la dificultad propuesta por Peter Winch apuntando la posibilidad de “encontrar equivalentes”, a lo que Jarvie añade que esta traducción fracasaría si fuésemos incapaces de apreciar la verdad (o la falsedad relativa) de los conocimientos de otra cultura) o si estuviésemos imposibilitados para ver sus valores[4].

   Estos enunciados terminan siendo propuestas de utilidad para nosotros al momento de hacer traducciones. Conllevan la necesidad operar en términos holísticos[5], comprendiendo el sistema de valores culturales en los que están insertos los significados para poder transmitirlos con el mínimo grado de veracidad; también es el requisito para el antropólogo ser capaz de cancelar el mundo del sentido común: en la medida en la que la antropóloga esté dispuesta al desarraigo tendrá más posibilidades de descubrimiento.

   Cada cultura es un sistema complejo del que no pueden aislarse elementos, es por eso que la traducción implica ya la descripción de un contexto. Se explica qué y en qué condiciones suceden los eventos: detallar los contenidos explícitos de cada proposición del tipo bajo ciertas reglas, y ante sucesivas excepciones.

*Aquí deberíamos desarrollar los conceptos de Relativismo ideológico y Relativismo axiológico pero no sé si tendré tiempo de hacerlo.

   Otra cuestión que hay que añadir a la contextualización en el proceso de traducir es que muchas veces, al hablar del contexto de una situación lo que tenemos en mente es un conjunto de fenómenos en un contexto, es decir, metidos en una especie de marco, que a su vez puede enmarcarse en otro. Nos figuramos el contexto como una caja en la que caben los fenómenos cuando el “contexto económico” funciona articulado con el “contexto del barrio”, y así sucesivamente, como se observa en el gráfico de la Lógica de la Investigación Etnográfica (1997: 239)


   Es verdad que se distingue entre descripciones que pertenecen a un nivel micro de las que perteneces a nivel macro pero, en primer lugar ambos niveles ocupan posiciones relativas, no absolutas, dependiendo de la escala y posición de la perspectiva que se adopte y la determinación es algo que debe averiguarse mediante la investigación, al establecer sus relaciones significativas con las prácticas reales de los sujetos.

   En suma, en etnografía el contexto ha de ser significativo. Un enunciado sobre economía sólo estará en contexto si el etnógrafo es capaz de concederle significado (asociarlo de algún modo válido) en la compleja red de enunciados que constituyen un reflejo de la trama cultural.

Un enunciado en contexto es también parte del contexto.




EXPLICAR

   Para Nadel la descripción “tiende a emerger en forma de explicación y par los fines de antropología social podemos hacer equivaler a los dos”; para Jarvie, por su parte la descripción es un medio y la explicación es un fin[6] (dejos del positivismo, ¿qué se le va a hacer?), pero ambos coinciden en reclamar para la antropóloga social la categoría de ciencia “en medida en que es capaz de dar explicaciones”.

   La definición de explicación de Beattie, si bien es demasiado general: “relacionar lo que hay que explicar con otra cosa o con un sistema de cosas y de acontecimientos”, es otra forma de enunciar aquello de proporcionar inteligibilidad, esto es, explicar un proceso como “parte o ejemplo de un proceso más amplio, en cuanto se coloca en un contexto más adecuado”.

   Esto nos lleva al trabajo hecho por Gregory Bateson. Él se preocupó por buscar “si un elemento pertenece a un lenguaje determinado” con el fin de encontrar un modelo que contuviera la mayor cantidad de elementos activos y sus mecanismos de interacción, en este modelo ni uno solo de los elementos debería carecer de sentido y de esta manera se habría logrado explicar con éxito el funcionamiento general del sistema.

   Por su parte, Hempel expone que explicar un fenómeno es “dar causas de él, ya se trate de hechos, tendencias o regularidades”.  Toda explicación contiene dos tipos de proposiciones: el explanandum¸ proposición que describe el fenómeno mediante datos observable, y el explanans, proposiciones que dan cuenta del fenómeno, expresan leyes y condiciones iniciales y antecedentes de él[7].

   Otro autor, filósofo de las ciencias sociales, Stephen Turner terminaría por enunciar la posibilidad de considerar las explicaciones como formas de traducción. Partiendo de la base de que los hechos sociales, como los juegos del lenguaje, son comportamientos y sistemas de creencias convencionales sometidos a reglas¸ señala que la explicación en ciencias sociales debe presentar “condiciones de verdad objetivamente especificables”: los enunciados p en el lenguaje L  son verdadero bajo condiciones X y p puede ser traducido como el enunciado q del lenguaje M, si q es verdadero bajo las condiciones X.

   Así es como propone que “ofrecer explicaciones que abarquen contextos sociales sumamente diferentes es parte importante de la actividad del sociólogo”, en un intento de compaginar la sociología interpretativa con explicaciones referidas a leyes.
    Para Aurora González Echevarría, en este proceso, la reflexión sobre causas del fenómeno no constituye una vía de acceso única ni privilegiada al conocimiento de la etnografía: “La explicación es uno más de los elementos asistentes en la antropología, la explicación se encuentra subordinada a otras maneras de concebir las relaciones entre fenómenos”.

Díaz de Rada y Honorio Velasco complementan con algunos rasgos distintivos de la explicación etnográfica:


1.       Ofrece causalidades múltiples
2.       Muestra que las relaciones entre los explanatia y los explananda aparecen relativamente abiertas (recordemos que la fenomenología, tal y como la expresa Ricoeur, es esto mismo; “la descripción de un movimiento en el que cada elemento cultural encuentra su significado no en lo que lo precede, sino en lo que lo sigue: la conciencia salta fuera de sí misma y por encima de sí misma en un proceso en el que cada paso se suprime para conservarse en el que le sigue”).

La situación circular considerada en conjunto podría ser a su vez tomada como el explanans.

   Con todo lo anterior hay que entender que lo que se busca explicar no es la naturaleza en sí de los fenómenos sino los lenguajes en los que están inscritos, mismos que habrá que describir.

*Habría que añadir comparación intercultural y comparación alegórica pero no me alcanza la vida.



INTERPRETAR



   La interpretación es el resultado del trabajo de campo como interacción social del investigado con los sujetos de estudio y es reflejo de esta interacción. Es fruto de la reciprocidad y no un botín de guerra, en parte fruto de la imaginación etnográfica pero también de las experiencias compartidas.

   Lo anterior se explica porque estas estructuras no se alcanzan si los actores las niegan (no surgen sólo en la entrevista o en el soborno por la información) y se derraman sobreabundantemente si los actores comparten sus experiencias con el investigador.


   Es común considerarla como alternativa a la explicación, es más puede que la corriente interpretativa hay sido alentada por el fracaso funcionalista. Esta distinción (explicación / interpretación) se presenta como distinción entre ciencias de la naturaleza y del espíritu (erkläre y verstehen) o en la definición de la antropología como ciencia o como arte.

  La antropología estudia las sociedades como sistemas morales o simbólicos “y no como sistemas naturales”, busca patterns y no leyes, demuestra coherencia y no relaciones necesarias entre actividades sociales, interpreta más que explica”, diría Evans-Pritchard (él recurre a la analogía de la lingüística para considerar la sociedad como una unidad, un conjunto de abstracciones relacionadas entre sí): “La brujería, los oráculos y la magia se explican y se demuestran en otra, constituyendo un sistema intelectualmente coherente”.

   No parece, sin embargo que la interpretación sea una fase aislada en el descubrimiento del orden estructural, para llegar a enunciar éste de modo que nos resulte comprensible es preciso un periodo de inmersión e interacción de la de la interacción surgirán (o eso se espera, con la suficiente disposición) quiebras que habrá que descubrir y a las que habrá que conferir coherencia; pero recordemos que se trata de un proceso circular y que es probable que tras una interpretación haya otra y luego otra… y así sin fin, como en el cuento que relata Clifford Geertz (Díaz de Rada 1997, 61):

En él se hablaba de la sujeción del mundo sobre una plataforma que a su vez se sustentaba sobre un elefante que a su vez era soportado por una tortuga; ante la insistencia de un investigador lleno de curiosidad por saber qué había tras esa tortuga, el informante respondía que otra, y la insidiosa pregunta “¿y tras esta?”, recibió como concluyente respuesta: “Señor, después todo son tortugas”.
   Podemos valernos de Geertz nuevamente para ilustrar que el objeto de búsqueda no es la racionalidad sino la significación, en Deep play  se toma como punto de partida rechazar respuestas etnocéntricas, incluso siquiera supuestos de racionalidad y se expone que lo que se juega con las peleas de gallos no es el dinero sino la estima y el honor; quienes se arriesgan no son jugadores empedernidos, sino aquellos que ocupan los puestos más altos en la jerarquía sociomoral; y que, con el tamaño de la apuesta no crece la  irracionalidad de los actores sino del significado de la acción.

   Pero esa no es toda la riqueza de este trabajo, el antropólogo despliega ante lector el escenario y el entramado de significaciones en que el hombre se identifica con el gallo; hace el juego comprensible por medio de metáforas que aluden a las significaciones del propio lector: demuestra que el juego está articulado sobre temas esenciales, la muerte, la masculinidad, la violencia y ordena estos temas en una estructura integral para representarlos con un relieve tal que acaban resultando significativos reales.

   La perspectiva interpretativa de Geertz consiste en decir algo sobre algo dando un apoyo analógico sustentado en la búsqueda de relacionen; la descripción densa acaba siendo una composición hipotética de la cultura tal como la ve el investigador.
   Relacionar –y relacionar, y relacionar- la pelea de gallos con el aparato de status es incitar una trasferencia de percepciones del primero al segundo, transferencia que es, al mismo tiempo una descripción y un juicio.
   También declara “tratar de analizar formas culturales, no como se diseca un organismo (lo que hace el funcionalismo), diagnostica un síntoma, se descifra un código (cultura y personalidad) o se ordena un sistema (estructuralismo), sino como se “penetra un texto literario”.

   El evento paradigmático que describe “nos dice menos lo que ocurre que el género de cosas que ocurren” en ese rango de cosas.

   El programa de la interpretación incluye pues, identificar temas, mostrar su vinculación, exponer el conjunto de reglase en las que quedan encuadrados, construir la estructura simbólica subyacente. El resultado está en comprender y tornar inteligible la acción humana.






[1] Este apartado es básicamente transcripción o paráfrasis del manual de Velasco y Díaz de Rada, "La lógica de la Investigación Etnográfica"
[2] Es de hecho el trabajo de campo lo que obliga a Malinowski a considerar que el lenguaje es una acción social y a descubrir sus funciones (traduciéndolas).
[3] Winch pone en tela de juicio el contraste entre creencias de los azande y creencias de las sociedades modernas desarrollado por Evans-Pritchard, en concreto la afirmación de que las creencias azande contradicen las nuestras, siendo las nuestras verdaderas y las suyas falsas al no ser acordes con la realidad objetiva. Su tesis enuncia que no existe realidad objetiva exterior al lenguaje y la cultura. Las creencias azande serán falsas desde nuestras concepciones y por lo tanto imposibles de traducir (Velasco y Díaz de Rada, 1997).
[4] Para Jarvie existe una especie de universal cognitivo, un fondo de racionalidad común que consistiría en “aprender de la experiencia y en particular de los errores”, a diferencia de Winch para quien los únicos universales serian el nacimiento, el sexo y la muerte.
[5] Hay que recordar la advertencia de Lévi-Strauss: el holismo es una de las mayores virtudes y limitaciones de nuestra disciplina, el intento de acotar un objeto que ha de ser a un tiempo abierto y localizable, universal y concreto.
[6] Así, el papel de las hipótesis en la investigación es el de servir como redes que permitan colectar información útil.
[7] En torno a estos conceptos podemos distinguir varios tipos de explicaciones:
Nomologico-deductivas, tratan de deducir el explanandum a partir de leyes universales combinadas con características particulares.
Probabilísticas. Enuncian tendencias de probabilidad para conectar el explanandum con el explanans.
O bien, otra clasificación distinguiría entre
Causales Dan cuenta de la existencia de un fenómeno (son Nomologico-deductivas).
Genéticas o evolutivas dan cuenta del desarrollo y fases de un fenómeno.
Composicionales que establecen relaciones entres sus partes (explicaciones funcionales).